¿Cómo funciona la audición?

Descubre el complejo y fascinante funcionamiento del sistema auditivo humano

La audición humana es uno de los sentidos más complejos y extraordinarios del cuerpo. A través del oído, nuestro cerebro es capaz de interpretar las vibraciones sonoras del ambiente y transformarlas en información significativa. Escuchar no es simplemente oír: es comprender el lenguaje, identificar sonidos, disfrutar la música y conectar emocionalmente con las personas.

Entender cómo funciona la audición es fundamental para valorar la importancia de la salud auditiva, prevenir enfermedades del oído y actuar a tiempo ante los primeros signos de pérdida auditiva. A continuación, te explicamos en detalle el proceso auditivo, sus etapas y cómo se produce la percepción sonora desde que una onda sonora llega al oído hasta que es interpretada por el cerebro.

¿Qué es el sonido y cómo lo percibimos?

El sonido es una vibración mecánica que se propaga a través de un medio (generalmente el aire) en forma de ondas. Estas ondas sonoras varían en frecuencia (graves o agudas) e intensidad (volumen), y su percepción depende de la integridad del sistema auditivo.

Cuando una onda sonora se genera, viaja por el aire hasta alcanzar nuestros oídos. A partir de ahí, comienza un proceso fisiológico y neurológico altamente especializado.

El oído externo: la puerta de entrada del sonido

El oído externo es la primera estación del sistema auditivo. Está conformado por:

  • Pabellón auricular (aurícula): estructura cartilaginosa que recoge y direcciona las ondas sonoras hacia el canal auditivo.
  • Conducto auditivo externo: tubo que guía las ondas hasta la membrana timpánica o tímpano.

La anatomía del oído externo tiene un diseño natural que permite amplificar ciertos sonidos y proteger el oído medio de agentes externos como polvo, insectos o agua.

El oído medio: amplificador de precisión

Cuando las ondas sonoras llegan al final del conducto auditivo externo, impactan contra el tímpano, una membrana delgada que vibra según la frecuencia del sonido. Esta vibración se transmite a través de tres huesecillos:

  • Martillo (malleus)
  • Yunque (incus)
  • Estribo (stapes)

Estos huesos forman la cadena osicular, que actúa como un sistema de transmisión mecánica y amplificación sonora. Esta etapa es crucial para que el sonido mantenga su energía antes de llegar al oído interno.

Además, el oído medio cuenta con la trompa de Eustaquio, un canal que equilibra la presión del oído medio con la presión atmosférica. Si esta presión no está equilibrada, puede producirse sensación de taponamiento o incluso dolor.

El oído interno: donde el sonido se convierte en señales nerviosas

El oído interno es el corazón del sistema auditivo. En su interior se encuentra la cóclea, una estructura en forma de caracol llena de líquido y miles de células sensoriales llamadas células ciliadas.

Cuando las vibraciones entran a la cóclea, mueven el líquido y activan las células ciliadas, que tienen la función de convertir el estímulo mecánico en impulsos eléctricos. Este proceso se conoce como transducción sensorial auditiva.

Cada célula ciliada responde a diferentes frecuencias de sonido: las de la base de la cóclea detectan sonidos agudos, y las del vértice, sonidos graves.

El nervio auditivo y el cerebro: el centro del procesamiento sonoro

Los impulsos eléctricos generados por las células ciliadas son enviados al cerebro mediante el nervio auditivo o nervio coclear, una estructura que forma parte del octavo par craneal (nervio vestibulococlear).

La información auditiva pasa por diversas estaciones neuronales, como el tronco encefálico, el tálamo y finalmente la corteza auditiva primaria, ubicada en el lóbulo temporal del cerebro. Allí se interpretan los sonidos y se les da significado.

Gracias a esta interpretación cortical, podemos reconocer voces, entender palabras, localizar el origen del sonido y procesar música o ruidos ambientales.

Pérdida auditiva neurosensorial

Ocurre cuando hay daño en el oído interno o en el nervio auditivo. Las causas incluyen:

1. Envejecimiento (presbiacusia)

2. Exposición prolongada a ruido

3. Infecciones virales

4. Uso de medicamentos ototóxicos

5. Factores genéticos

Este tipo de pérdida auditiva suele ser permanente y requiere el uso de audífonos o implantes

Pérdida auditiva conductiva

Se origina cuando hay un bloqueo o daño en el oído externo o medio. Algunas causas comunes son:

1. Tapón de cerumen.

2. Infecciones (otitis externa o media).

3. Perforación timpánica.

4. Malformaciones del conducto auditivo.

5. Otosclerosis.

Esta pérdida es generalmente reversible con tratamiento médico o quirúrgico.

Pérdida auditiva mixta

Combinación de pérdida conductiva y neurosensorial. Es frecuente en personas mayores o con enfermedades crónicas del oído.

Importancia del cuidado auditivo y detección precoz

Cuidar la audición es clave para preservar la calidad de vida. La detección temprana de la pérdida auditiva permite acceder a soluciones como audífonos digitales, prótesis auditivas, terapias auditivas, y mejorar la comunicación interpersonal.

Además, mantener una buena salud auditiva contribuye a la prevención del deterioro cognitivo, el aislamiento social y otros problemas asociados al envejecimiento.

Te acompañaremos

a buscar la mejor opción para tu audición.

El Fonoaudiólogo es el profesional encargado de evaluar, prevenir y tratar alteraciones de la comunicación humana, incluyendo el lenguaje, habla, voz, audición y deglución.

Motivos comunes para consultar a un fonoaudiólogo:

  • Dificultades para hablar con claridad (dislalias, tartamudez, afonía).
  • Retrasos en el desarrollo del lenguaje en niños.
  • Problemas de voz (ronquera persistente, fatiga vocal).
  • Apoyo en procesos de rehabilitación auditiva (ej. después de colocar audífonos o implantes cocleares).
  • Dificultades en la pronunciación o articulación de sonidos.
  • Intervenciones en alteraciones de deglución (disfagia).
  • Entrenamiento auditivo post adaptación de audífonos.

📌 Ideal para niños con dificultades en el habla, adultos con problemas de voz o personas en proceso de rehabilitación auditiva.

El Audiólogo es el profesional especializado en la evaluación, diagnóstico y rehabilitación de la audición y el equilibrio.

Motivos comunes para consultar a un audiólogo:

  • Sensación de disminución auditiva o sordera.
  • Necesidad de realizar una prueba auditiva completa (audiometría, logoaudiometría, impedanciometría).
  • Adaptación y ajuste de audífonos digitales o implantes auditivos.
  • Zumbidos o acúfenos (tinnitus) persistentes.
  • Dificultad para entender conversaciones, especialmente en ambientes ruidosos.
  • Evaluaciones audiológicas preventivas o laborales.
  • Desequilibrios o problemas del sistema vestibular (mareo, vértigo).

📌 Ideal para quienes sospechan pérdida auditiva o necesitan seguimiento en su tratamiento auditivo.

El Otorrinolaringólogo es el médico especializado en el diagnóstico y tratamiento médico o quirúrgico de enfermedades del oído, nariz y garganta (ORL).

Motivos comunes para consultar a un otorrino:

  • Infecciones recurrentes del oído (otitis).
  • Obstrucción o acumulación de cerumen.
  • Dolores o molestias persistentes en los oídos.
  • Sensación de oído tapado o presión.
  • Sangrado, secreciones o perforaciones del tímpano.
  • Problemas de equilibrio o vértigo de origen auditivo.
  • Trastornos nasales y faríngeos (rinitis, ronquidos, apnea del sueño).

📌 Ideal para problemas auditivos con origen médico o infeccioso que requieren diagnóstico y tratamiento farmacológico o quirúrgico.

El Otólogo es un otorrinolaringólogo con subespecialización en oído medio e interno, especialmente capacitado para casos complejos o quirúrgicos relacionados con la audición y el equilibrio.

Motivos comunes para consultar a un otólogo:

  • Pérdida auditiva severa o profunda de causa desconocida.
  • Evaluación de candidatos a implante coclear.
  • Tratamiento de otosclerosis, colesteatoma u otras patologías quirúrgicas del oído.
  • Trastornos complejos del equilibrio (enfermedad de Menière, vértigo paroxístico benigno).
  • Malformaciones congénitas del oído.
  • Secuelas de infecciones crónicas o complicaciones quirúrgicas previas.

📌 Ideal cuando el caso requiere cirugía auditiva especializada o diagnóstico avanzado del oído interno.

Estamos listos para ayudarte